50 años de "Los limites del Crecimiento"
Los límites del crecimiento (en inglés The Limits to Growth) es un informe encargado al MIT por el Club de Roma que fue publicado en 1972, poco antes de la primera crisis del petróleo. La autora principal del informe, en el que colaboraron 17 profesionales, fue Donella Meadows, biofísica y científica ambiental, especializada en dinámica de sistemas.
Utilice el "World3” simulando variables en la interrelación de sistemas tales como la población mundial, el crecimiento industrial, la producción de alimentos y los límites en los ecosistemas de la Tierra, como una moneda con dos caras al ser arrojada, obtuve un escenario optimista y otro pesimista. Me quedo con el escenario optimista, más allá de que el World 3 no tiene entre sus variables, la “tozudez humana”
Pero de este ejercicio algo me quedo claro; por supuesto, “la Tierra puede sobrevivir y lo haría con o sin nosotros”. Incluso lo haría mejor sin nosotros.
Sin nosotros, la vida continuaría y las marcas que dejamos en el planeta se desvanecerían antes de lo que creerías. Nuestras ciudades se derrumbarían, los campos crecerían y los puentes se caerían. En poco tiempo, todo lo que quedaría de la humanidad sería una fina capa de plástico, isótopos radiactivos y huesos más de pollo que de homo sapiens (matamos 60.000 millones de pollos por año) en el registro fósil.
En 2010, el eminente virólogo australiano Frank Fenner dijo que desapareceremos probablemente en el próximo siglo, debido a la sobrepoblación, la destrucción del medio ambiente y al cambio climático. Y algunos científicos creen que ya hemos pasado puntos de inflexión cruciales, particularmente en las regiones polares, que acelerarán el cambio climático incluso si no volviéramos a emitir otra molécula de CO2. Más allá de que en la Cop26 EEUU patea la pelota al 2050, China al 2060 e India 2070, todos desconociendo que La Tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos.
Los Homo Sapiens Tozudens, estamos a tiempo de frenar la crisis ambiental global, con la ONU y la OMS trabajando en forma conjunta implementando una política demográfica a escala mundial con un programa global urgente al 2030 hacia una mayor sostenibilidad, energía limpia, la reconstrucción de los océanos, consumos responsables, ocupar menos espacio de ecosistemas y biomas prístinos (ej. Amazonas) y ralentizar el crecimiento de la población, pero con mayor control de natalidad en los países no desarrollados y mayor inmigración en países emergentes y desarrollados, mediante cuotas limites TFR por países, regiones y mundial. Tal vez instalar en el colectivo humano que alguna vez fuimos “Pangea”, nos ayude a frenar la crónica de la muerte anunciada de la sexta extinción masiva antropogénica.
Si hacemos esto, será un mundo totalmente con antropobiomas incluso en la Antártida o en Siberia, pero habitable, sin las costas de Venecia o Miami, pero sobreviviremos al 2100, mientras desarrollemos capacidades tecno culturales para terraformar La Luna o Marte. Y llevar allí nuestra cultura, tecnología y lamentablemente nuestro principal enemigo: la tozudez humana.