COP28. Un balance de vaso medio lleno
En la última edición de la conferencia anual de la ONU sobre el clima, en Dubái, los países (196) aprobaron el 13 de diciembre de 2023 una hoja de ruta para la “transición hacia el abandono de los combustibles fósiles”. Estaba previsto que la COP28 concluyera el martes 12, pero las intensas negociaciones nocturnas sobre si el resultado incluiría un llamamiento a "reducir progresivamente" o "eliminar gradualmente" los combustibles fósiles que calientan el planeta -como el petróleo, el gas y el carbón-, obligaron a la conferencia a realizar horas extraordinarias.
Por primera vez la COP28 se ha enfocado por fin en los verdaderos culpables de la crisis climática: los combustibles fósiles. Se ha fijado un rumbo largamente esperado para alejarse del carbón, el petróleo y el gas", pero la resolución está viciada por lagunas jurídicas que ofrecen a la industria de los combustibles fósiles numerosas vías de escape, apoyándose en tecnologías no probadas.
El acuerdo, aprobado por consenso en el plenario, llama a los Estados a iniciar una transición para alejarse de los combustibles fósiles, “de manera ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, con el fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, de acuerdo con la ciencia”. Donde los pasos a seguir, ahora que se alcanzó el acuerdo, implican que los países deben actualizar sus planes nacionales de reducción de emisiones para 2030, por lo que se verán presionados para alinear sus planes con el nuevo acuerdo.
Análisis del documento de la #COP 28
El documento final que recoge las conclusiones de la COP28 tiene 21 páginas y consta de 196 epígrafes, pero apenas tres líneas, incluidas en el apartado d) del epígrafe 28, son las que permiten argumentar a la mayor parte de los analistas que la Conferencia de las Partes firmantes del Acuerdo Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Dubái entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre, ha sido un éxito.
El epígrafe 28 habla de la "necesidad de profundas, rápidas y sostenidas reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero que permitan mantener el calentamiento global en 1,5 °C", y llama a las partes firmantes a contribuir con las siguientes medidas, aplicadas con criterios nacionales, considerando el Acuerdo de París y las circunstancias, modelos y enfoques de cada país. Se citan a continuación ocho medidas, entre las que destaca, en su apartado d), la que figura en todos los titulares de prensa: “Transitar hacia sistemas energéticos sin combustibles fósiles de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la transición en esta década crítica y alcanzando emisiones netas cero en 2050 de acuerdo con la ciencia”.
Entre las medidas que acompañan a la reducción de los combustibles fósiles, pueden citarse el multiplicar por tres la capacidad de generación eléctrica renovable, la duplicación de la tasa de crecimiento de la eficiencia energética, la reducción de la generación eléctrica a partir de carbón que carezca de captura de emisiones, la utilización de combustibles de bajas o nulas emisiones de carbono, acelerar tecnologías de nulas o bajas emisiones de carbono tales como las renovables, nuclear, captura y secuestro o reutilización del CO₂ y el hidrógeno de nulas o bajas emisiones, reducir las emisiones de metano, reducir las emisiones del transporte por carretera a través de diferentes procesos como la construcción de infraestructuras y el desarrollo de vehículos de cero o bajas emisiones y reducir los subsidios a los combustibles fósiles siempre que dichos subsidios no tengan por objeto la reducción de la pobreza energética o una transición energética justa.
Pero a la vez pone en pie de igualdad la captura de carbono y la energía nuclear con las renovables, la mención a combustibles bajos en carbono o al hidrógeno de bajas emisiones o la referencia a la construcción de infraestructuras como vía para reducir las emisiones en el transporte por carretera.
Donde la mención a los combustibles bajos en carbono, da respiro a los fabricantes de vehículos equipados con motores de combustión interna, más baratos que los eléctricos y la captura de carbono puede permitir mantener el funcionamiento de centrales eléctricas de carbón que hoy generan el 35% de la electricidad mundial, aunque esta tecnología no esta probada.
La otra gran cuestión es la financiación necesaria para que los países en vías de desarrollo aborden sus respectivas transiciones energéticas. El acuerdo señala que las economías emergentes necesitan invertir 4,3 billones de dólares anuales en energías limpias. A estas inversiones habría que añadir otro billón anual dedicado a inversiones complementarias y adaptación de sus economías a los cambios derivados del calentamiento global.
El acuerdo de París preveía que los países desarrollados iban a contribuir con 100.000 millones anuales a cubrir estas necesidades. La realidad es que esa cifra nunca se ha alcanzado y, lo que es peor, es una cifra ridícula cuando se compara con las necesidades que el acuerdo final de la COP 28 enumera. Es un tema pendiente de resolver, porque a fin de cuentas las economías menos desarrolladas no son responsables del CO₂ acumulado en la atmósfera, su escasa dotación de infraestructuras supone una mayor vulnerabilidad ante los fenómenos atmosféricos extremos cada vez más habituales y carecen de recursos para acometer los procesos de reducción de emisiones. Aunque sus emisiones sean escasas, alcanzar el cero en términos netos requiere de su concurso.
El tema financiero, como en tantas COP pasadas y lamentablemente futuras, forma parte de los fracasos parciales de la cumbre de Dubái.
Estos son algunos de los otros puntos destacados de la COP28 y el panorama de lo que ocurrirá después:
-El Fondo para Pérdidas y Daños destinado a ayudar a los países en desarrollo vulnerables al cambio climático cobró vida el primer día de la COP. Los países han prometido hasta ahora cientos de millones de dólares en aportaciones
-Compromisos por valor de 3500 millones de dólares para reponer los recursos del Fondo Verde para el Clima
-Nuevos anuncios por un total de más de 150 millones de dólares para el Fondo para los Países Menos Adelantados y el Fondo Especial para el Cambio Climático
-Un aumento de 9000 millones de dólares anuales por parte del Banco Mundial para financiar proyectos relacionados con el clima (2024 y 2025)
-Casi 120 países respaldaron la Declaración de la COP28 sobre el Clima y la Salud para acelerar las acciones destinadas a proteger la salud de las personas de los crecientes impactos climáticos
-Más de 130 países se han adherido a la Declaración de la COP28 sobre Agricultura, Alimentación y Clima para apoyar la seguridad alimentaria al tiempo que se combate el cambio climático
-66 países se han adherido al compromiso mundial de reducir las emisiones relacionadas con la refrigeración en un 68% a partir de hoy
¿Qué sigue?
La próxima ronda de planes nacionales de acción por el clima, o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, está prevista para 2025, cuando se espera que los países hayan impulsado seriamente sus acciones y compromisos. Que compromiso tendrá Argentina? es imposible predecirlo
Se anunció a Azerbaiyán como anfitrión oficial de la COP29, del 11 al 22 de noviembre del año que viene, tras recibir el respaldo de los países de Europa del Este después de que Armenia retirara su propia candidatura
Brasil se ha ofrecido a acoger la COP30 en el Amazonas en 2025