viernes, 27 de octubre de 2023

 

Los límites planetarios - Tres de los Nueve límites (cambio climático, diversidad biológica y entradas de nitrógeno y fósforo en la biosfera y océanos) podrían haberse superado ya en 2023, según el Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo, Suecia.


Según Attemborough (2023), “el problema no es solo la crisis climática y que está claro que el calentamiento global provocado por el hombre es solo una de las varias crisis en juego” y afirma que las soluciones están “a nuestro alcance” y hay una serie de “pasos que podemos tomar y objetivos que debemos lograr para evitar la crisis que se avecina”. Entre los remedios, cita una mayor sostenibilidad, energía limpia, la reconstrucción de los océanos, ocupar menos espacio y ralentizar el crecimiento de la población.

Un equipo de estimados científicos dirigido por Johan Rockstrom y Will Steffen ha identificado nueve umbrales críticos integrados en el medio ambiente de la Tierra: cambio climático, uso de fertilizantes, conversión de tierras, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire, agotamiento de la capa de ozono, acidificación de los océanos, contaminación química y extracciones de agua dulce”. Estos nueve procesos, que consideran claves en los sistemas terrestres, intentan establecer un “espacio operativo seguro para la humanidad”. Estos límites planetarios son valores máximos que la humanidad no debe transgredir para evitar cambios ambientales globales catastróficos.

Fenómenos como el cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono, la acidificación de los océanos y la acelerada pérdida de los ecosistemas y su biodiversidad han llevado a algunos científicos a cuestionarse si los cambios observados podrían desestabilizar al sistema planetario y ocasionar consecuencias adversas para la humanidad. Con este enfoque surgió el concepto de los “límites planetarios”, que ha resultado muy útil para estimular la discusión entre los científicos sobre el funcionamiento y la resiliencia del sistema planetario.

Un límite planetario delimita un ámbito de actividad seguro para los seres humanos respecto de la resiliencia de la biosfera; en otras palabras, establece la capacidad de la biosfera para recuperarse de las perturbaciones (ocasionados principalmente por las actividades humanas) y regresar a un estado estable (Rockstrom, 2009). Hasta la fecha se han identificado nueve procesos clave que mantienen la integridad del sistema planetario (Figura a). Con base en el conocimiento disponible y la incertidumbre asociada al funcionamiento de estos procesos, se han sugerido los niveles actuales de las variables de control del sistema, así como los umbrales de operatividad segura y los umbrales de incertidumbre máxima o puntos de bifurcación.





De acuerdo con Steffen y colaboradores (2015), actualmente los ciclos biogeoquímicos del fosforo y el nitrógeno y la integridad de la biosfera (por su componente relacionado con la pérdida de diversidad genética) se encuentran en una zona de alto riesgo en la que podrían interferir con el sistema planetario. En la zona de riesgo medio se sugiere que se encuentran el cambio climático y el cambio de uso del suelo de bosques boreales, templados y tropicales. Por su parte, se encontrarían en una zona de operatividad segura la extracción de agua dulce (aunque con gran heterogeneidad regional), el agotamiento de la capa de ozono y casi en el límite la acidificación oceánica. Aún no se han podido delimitar los umbrales para la contaminación atmosférica por aerosoles, la introducción de sustancias químicas y organismos sintéticos, y la diversidad funcional de especies (Steffen et al., 2015).

Algunos de los límites planetarios tienen expresiones regionales muy marcadas que sesgan su valor de operatividad. Por ejemplo, en cuanto a extracción de agua que excede la capacidad de sus cuencas, sobresalen la India, la porción noreste de China, Oriente Próximo, la Europa mediterránea, la costa oeste de Estados Unidos y el Valle de México. Recientemente, Steffen y colaboradores (2015) han sugerido la existencia de dos sistemas que tienen, por sí mismos, la capacidad de mover al sistema planetario a un nuevo estado. Estos sistemas son la integridad de la biosfera (genes y especies) y el cambio climático, pues regulan la magnitud y el flujo de energía y materiales de toda la biosfera y su respuesta ante cambios abruptos. Actualmente, ambos sistemas se encuentran fuera de los umbrales de operatividad segura.

Referencias bibliograficas:

Donohue, I. Navigating the complexity of ecological stability. Ecology Letters. 19: 1172–1185. 2016.
Rockstrom, J. et al. A safe operating space for humanity. Nature 461(24). 2009.
Rockstrom, J. Bounding the Planet Future: Why we need a Great Transition. Great Transition Initiative Essay. 2005.
Steffen, W. et al. Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet. Science 347(6223). 2015.


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